PROBADO POR EL FUEGO

     Así como el oro es refinado por el fuego, nuestra fe se refina con los retos que surjen de cumplir la misión que el Señor a cada uno ha encomendado. Como dicta 1 Pedro 1:6-7: “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”. El fuego quema toda impureza, destilando solo el oro mas puro y valioso; así el Señor nos refina en sus pruebas para obtener las más sólida fe.

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